19-04-2024

La ACFF muestra su apoyo a las futbolistas y ya trabaja en una propuesta para reconducir el desarrollo de la competición

El retraso en el comienzo de las competiciones, unido a la falta de gestión por parte de la RFEF vuelven a poner en peligro la viabilidad de la competición

1- La ACFF, en relación con el comunicado emitido por la RFEF en respuesta a la petición de las futbolistas de Primera División Femenina quiere, en primer lugar, mostrar su malestar y  absoluto apoyo a las futbolistas, no sólo frente a lo que consideramos una inadmisible respuesta de la RFEF, quien califica como “presión de un colectivo o grupo” lo que a nuestro juicio ha sido una petición honesta, respetuosa y constructiva, sino también por la frustración y falta de interés y respuestas que obtuvieron nuestras capitanas tras su reunión con la RFEF, sensaciones plenamente compartidas y que, lamentablemente, son una práctica habitual a la hora de tratar con la RFEF estos últimos años.

2- De igual forma, la ACFF entiende necesario poner de manifiesto una serie de cuestiones para entender la situación en la que se encuentra el fútbol femenino español, y que no es otra cosa sino el resultado de una deficiente gestión por parte de la RFEF, que no ha estado a la altura ni ha puesto los medios necesarios acordes a la importancia de esta competición:

  • La RFEF, sin consultar ni consensuar con los Clubes, canceló las competiciones de fútbol femenino el pasado mes de mayo.
  • La RFEF anunció el pasado mes de julio en sus canales oficiales que la Primera Iberdrola comenzaría el 5 de septiembre. Por aquel entonces no habían desarrollado un protocolo propio, lo que no impidió anunciar el comienzo. Tan sólo 5 días antes del comienzo de ésta, la retrasó varias semanas. La RFEF tampoco consultó ni contó con los clubes a la hora de tomar estas decisiones.
  • El retraso en el comienzo de la competición no fue sino una muestra de no haberse preocupado en desarrollar a tiempo un protocolo adecuado, como sí lo hicieron otras competiciones que pudieron comenzar de forma segura (LaLiga, ACB o Asobal). Las consecuencias están siendo más que evidentes.
  • Como ya fue denunciado en los meses de mayo y septiembre por parte de la ACFF y sus clubes, y también duramente criticado por las futbolistas, la RFEF ha confirmado en su comunicado lo que en su día negó categóricamente: su intención de que la Primera Iberdrola se hubiera disputado en subgrupos, formato impropio de una competición del más alto nivel.

3- Nos encontramos ante un protocolo que destaca por la no asunción de ningún tipo de responsabilidad por parte del organizador, basado en los principios de auto responsabilidad y voluntariedad de los participantes, y donde se establecen unos mecanismos que van principalmente dirigidos a derivar la responsabilidad hacia terceros. Así, cabe recordar que:

  • La Primera Iberdrola arrancó sin la necesidad de realización de pruebas diagnósticas recurrentes, previendo únicamente la obligación de una prueba al principio de la competición.
  • Posteriormente, ya con varias jornadas disputadas, se ofreció por parte de la RFEF el suministro de un número limitado de test (sólo para jugadoras, sin contar con el resto de personal técnico de los equipos), condicionando su entrega al cumplimiento de una serie de obligaciones de carácter comercial o normativo. Así, un buen número de Clubes tuvo que recurrir a la ayuda de otras organizaciones como LaLiga para poder llevar a cabo un adecuado control de jugadoras, técnicos y aquellos empleados involucrados en el día a día de los equipos
  • Se están aplazando o jugando partidos con idéntico número de casos positivos, no existiendo unos criterios concretos a la hora de aplicar las normas del protocolo, ni a la hora de determinar las suspensiones de encuentros, lo que ha redundado en una competición caótica y adulterada.
  • No existe un seguimiento por parte de la RFEF de cada uno de los casos, una vez se ha diagnosticado el positivo y/o el contacto estrecho, que conlleve el aislamiento durante 10 días.

4- El pasado viernes, 29 de enero, tras reunirse con las capitanas a petición de éstas, la RFEF convocó a los Clubes a una reunión para hoy martes, día 2 de febrero. Pero, tras el comunicado de las jugadoras, la reunión fue transformada en una convocatoria de la Junta de Primera División del Comité de Fútbol Femenino Profesionalizado de la RFEF, mediante un nuevo correo enviado en la tarde noche del sábado. El objetivo, según reza el propio comunicado de la RFEF, es elevar “…decisiones que, una vez escuchadas las jugadoras, adopten los clubes y sus representantes como únicos legitimados y con capacidad para adoptar decisiones que modifiquen el marco normativo actual.”. Lamentablemente, la forma de proceder de la RFEF para con los Clubes deja claro que dicho movimiento obedece realmente a un intento de no asumir ningún tipo de decisión y derivar cualquier tipo de responsabilidad hacia los clubes.

Y es que la RFEF nunca ha dado a los Clubes la capacidad de tomar decisiones relativas a la competición: ni se contó con los clubes para la elaboración del protocolo de la RFEF, ni se tomaron en consideración las numerosas objeciones planteadas por los clubes sobre las normas reguladoras de la competición, ni tampoco se tuvo en cuenta la opinión de los Clubes a la hora de determinar el número de ascensos y descensos. Esta ha sido también la tónica habitual en la Junta de Segunda División Femenina, donde la RFEF acordó un formato de subgrupos que no fue el aprobado por los Clubes (25 Clubes se mostraron a favor de grupo único, mientras que 7 a favor de subgrupos).

Resulta del todo inaudito que, justo cuando el colectivo de futbolistas se muestra crítico con la RFEF y traslada su disgusto por su gestión de la competición, se pretenda dar a entender que son los Clubes los que realmente tienen el poder de decisión cuando la realidad es justo la contraria.

Esta situación, en definitiva, evidencia nuevamente la falta de interés, de la RFEF a la hora de dotar a la máxima competición de los medios, estrategias de concienciación y mecanismos necesarios para asegurar la máxima protección de los y las participantes, así como la viabilidad de la competición, como sí estamos viendo en otras competiciones y deportes, a nivel nacional e internacional.

No obstante, atendiendo a lo preocupante de la situación y ante la pasividad por parte de la RFEF, esta Asociación y sus Clubes ya trabajan en una serie de propuestas que serán compartidas con las capitanas, así como con el resto de clubes de la competición antes de ser trasladadas a la RFEF.